Carne

Asisto al festín de la carne. No como el perro que atesora un hueso roído recordando que alguna vez fue salvaje; más bien como el lobo melancólico, que caza por necesidad y sólo para seguir viviendo. El lobo asesina para vivir. El lobo debe cazar y sabe esperar. Debe mantener la calma si desea sobrevivir. Lobo no quiere morir. La estrategia del lobo, su menester. Arrancar la carne del hueso, su placer. Engullir la carne roja y empaparse la barba con sangre, su garantía.
J. Zeable